A medida que sumamos años, nuestro cuerpo experimenta cambios.
Vamos perdiendo elasticidad, fuerzas y defensas, para expresarlo a grandes rasgos.
En la boca, lo vemos en nuestros dientes y encías. Aparecen los desgastes.
En este post, me referiré a las encías.
Muchas veces llegan pacientes angustiados diciendo que sus dientes están más largos. La verdad es que los dientes no crecen más una vez finalizado su desarrollo. ¿Y entonces? Sucede que la encía comienza a retraerse acompañando al hueso. Son desgastes naturales por el paso del tiempo y por el uso.
Si mantenemos una buena higiene y prevención, esto es mínimo.
Cuando viene a consultarnos, generalmente se nota en lo estético.
Felizmente, hoy hay muchas maneras de solucionar este inconveniente. Dependerá de la magnitud del desgaste de esas encías.
Se pueden remodelar y hacer crecer o remodelar los dientes para compensar la pérdida de encía. Es lo que llamamos cambios mínimamente invasivos. Mejoramos la sonrisa, sin tocar los dientes.
La sonrisa dice mucho de nosotros. Con el paso de los años, la sonrisa cambia.
Puedes tener tu rejuvenecimiento de sonrisa en muy poco tiempo.
Hay gente que dice dejar de sonreír por no estar contenta con su boca. Queremos que ese, no sea tu caso. La odontología preventiva es una realidad. Puedes usarla en tu beneficio.